- Paola A. Velásquez Noriega
- Investigadora
- Bolivia
Las aves son como la esperanza: aunque a menudo frágiles y precariamente perchadas dentro del alma humana, nos han regalado un canto y una resistencia inimaginable frente a viajes imposibles.
~ Corina Newsome
¿Por qué te apasionan las aves?
Las aves me apasionan porque para mí representan la libertad porque la mayoría de ellas vuelan y al ser cosmopolitas, nos enseñan que no hay límites geográficos y que todas estamos conectadas dándonos aprendizajes de vida con estos ejemplos.
Las podemos encontrar en todas partes, incluso en regiones que no esperamos como mercados, basureros, cementerios, como resultado de su adaptación al uso y aprovechamiento de recursos que pueden encontrar para sobrevivir. Verlas en todas partes es un resultado que Bolivia es el 6to país con mayor diversidad de aves en el mundo con 1445 especies, sumado que gran parte del territorio corresponde a áreas protegidas nacionales, departamentales y nacionales (23, 27, 86). Tienen un papel biológico muy importante y son un grupo fácil de estudiar en comparación a otros animales. Culturalmente, siempre han formado parte de nuestras vidas, por ser tan carismáticas por sus colores y cantos, han sido inspiración de pinturas, artesanías, tejidos, leyendas y canciones.
¿Cuál es tu ave favorita y por qué?
El Zambullidor del Titicaca o Titicaca Grebe (Rollandia microptera), llevó trabajando con esta especie desde el 2014 hasta ahora en todo el lago, tanto en el lado boliviano, como peruano. Por tanto, representa también una especie que nos integra en el trabajo común, rompiendo la barrera geográfica. Es un ave endémica de este lago, el más alto del mundo navegable a 3812 m.s.n.m. y sitio RAMSAR. Es muy carismática y por tanto un emblema de este lugar, ya que es conocido por todas las generaciones y por la mayoría de los habitantes que viven a las orillas e islas del lago. Se encuentra amenaza por las redes de pesca artesanal y es muy dependiente del agua, ya que no puede volar por el tamaño de su ala (de ahí donde recibe su nombre en latín que significa ala pequeña), ni caminar en la tierra porque posee patas lobadas. Toda su vida la pasa dentro del agua, nidifica en los totorales (Schoenoplectus californicus) que algunas veces son quemados, usados para artesanías y para forraje.
¿Qué es lo que estás haciendo actualmente por las aves?
Trabajo diferentes proyectos de investigación en el Museo Nacional de Historia Natural MNHN, como el censo binacional del zambullidor del Titicaca (Rollandia microptera). Proyectos en coordinación a la Asociación boliviana para la investigación y conservación de ecosistemas andino-amazónicos ACEAA sobre la avifauna del municipio de Apolo, Bolivia. Además de la evaluación de las aves no cautivas en el refugio de vida silvestre Senda Verde, y un tema parecido en el Bioparque Urbano de Tarija. Actualmente, me encuentro haciendo la tesis de doctorado con la red de interacciones de colibríes y Puyas (plantas parientes de las piñas) a lo largo de los Andes en la Universidad Veracruzana.
¿Desde cuándo realizas esa actividad? ¿O cómo empezó?
Comencé observando a las aves, haciendo el censo de aves acuáticas en el Lago Titicaca desde el 2014 junto a Isabel Gómez, ornitóloga boliviana. Después, comencé un proyecto de investigación con unos fondos de la beca “Erika Geyger” para estudiar la interacción entre una especie de planta endémica Puya atra y sus visitantes, los picaflores Pterophanes cyanopterus y el Coeligena violifer, y ahí comencé a identificar colibríes y su comportamiento en respuesta a la planta. Esto implicó un reto para mí, ya que las aves acuáticas son grandes y no se desplazan tan rápido como las terrestres, entonces cuando di el salto identificando aves tan rápidas como picaflores, logré calibrar los ojos para observar a las demás aves.
Posteriormente, ingrese a trabajar en el Museo Nacional de Historia Natural desde el 2020 y como curadora de la Colección Boliviana de Fauna.
¿Cuál es el momento que más recuerdas o que ha tenido un mayor impacto positivo en ti?
No tengo la métrica para poder seleccionar un solo momento que haya tenido un impacto en mi vida, Siempre los buenos inicios de actividades son los que se graban en la mente. Como la primera vez que obtienes la mejor foto de un ave, una salida con muchos lifers, lugares nuevos, buena respuesta de los participantes en los talleres, observar eventos específicos de las aves, como comportamientos de alimentación, reproducción e incluso territorialismo. Ahora creo que cada actividad que hago relacionada a las aves, le suma a mi vida.
¿A qué retos por ser mujer te has enfrentado dentro de tu actividad?
Como mujeres nos encontramos en una desventaja social para el trabajo de campo, ya que Latinoamérica es una sociedad machista por tanto subestiman el conocimiento, la condición física de las mujeres. No hay el mismo respeto, cuesta ganárselo en comparación a lo que haría un hombre. Entonces si se trabaja con hombres en las comunidades, muchas veces se tiene la sensación de que no te toman en serio, que pueden estar burlándose de frente y de inicio incomoda. Cuesta, pero después comienzas a ganar el respeto de las personas en el trabajo de campo, con acciones.
Hay que considerar que como países latinoamericanos nos encontramos en países que ya se han vuelto inseguros independientemente del género. Por lo cual es importante pedir permiso a las autoridades oportunas, consejos de los actores locales a qué lugares se puede ir o no y no explorar por nuestra cuenta lugares nuevos y de manera imprudente.
Académicamente, debo recalcar que en Bolivia en la comunidad de biólogos la mayoría somos mujeres, y esto resulta a que las mujeres han logrado ser autoridades de las instituciones más importantes del país.
¿Por qué más mujeres deberían acercarse a las aves?
Porque trabajar con las aves te permite conocer más personas, ya que se hacen lindo lazos con las personas que se trabaja en las colecciones, en el campo, los guías, los guardaparques, autoridades, actores locales. Cuando se dan los cursos de observación de aves y charlas de tu trabajo enseñas y vuelves a aprender enseñando más y más. Las aves están al alcance de todos, las personas que las aprecian no necesitan ser biólogos. También, te permiten desarrollar más los sentidos y conectarte más con la naturaleza. Finalmente, conocer lugares nuevos constantemente.