Por Alma Narvaez
Un incendio forestal es la propagación del fuego sobre la cobertura forestal en el ecosistema y lo que determina la magnitud de éste, es la cantidad de combustible. Se ha identificado que 99% de los incendios son causados por acciones antropogénicas. Esta situación es preocupante para muchas personas, organizaciones y dependencias de gobierno. Por eso se han creado campañas de sensibilización y un llamado a la ciudadanía para adoptar una cultura forestal de prevención.
Este año, 2019, sufrimos los estragos del cambio climático y la pérdida de la cobertura forestal en cantidades aceleradas. De acuerdo a datos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), se han registrado 5,989 incendios forestales en 32 entidades, afectando 343,545 hectáreas, donde el 95% correspondió a vegetación herbácea y arbustiva y el 5% a arbóreo. Los estados con un número mayor de reportes de incendios forestales son Estado de México, Michoacán, Ciudad de México, Chiapas, Chihuahua, Jalisco, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca y Veracruz lo que equivale al 80% del total nacional. La entidades federativas con mayor superficie afectada fueron: Oaxaca, Jalisco, Nayarit, Durango, Chiapas, Guerrero, Puebla, Michoacán, México y Chihuahua que representan el 74% del total nacional.Para añadir complicaciones a este escenario, el Programa de Empleo temporal de Brigadistas fue suspendido por una medida de austeridad reflejada en el recorte presupuestal en el gobierno federal. Esta situación ha dificultado las labores de la CONAFOR, generando un desabasto de suministros para mitigar los incendios forestales como gasolina, autos, equipo y combatientes.
En la Reserva del Triunfo, Chiapas, las brigadas tenían que caminar muchos kilómetros o moverse en helicóptero. La desinformación y el pánico colectivo no ayudó a la situación. Junto a las brigadas, las personas de las comunidades donde se presentaron los siniestros también se involucraron. La CONAFOR reportó que, durante esta temporada de estiaje, participaron de un total de 239 800 personas combatientes. Apagar un incendio no es cosa fácil. Quien no ha estado presente en uno, no puede llegar a dimensionar el trabajo y la dedicación que las y los brigadistas ofrecen generosamente por el bien del bosque y todos sus habitantes. Es hasta cuando hay pérdidas humanas que se genera un clima de conciencia. Este año, ese momento desafortunado se vivió hace unos días, en mayo, con el trágico fallecimiento de una brigada forestal en el último incendio fuerte reportado en la Reserva de la Biosfera “Sierra Gorda de Querétaro”. En este accidente, falleció Luis Fernando Pérez Balderas quien era Coordinador general de Conservación y restauración de la Gerencia de manejo de fuegos.
Como sociedad, debemos ser conscientes que nuestras actividades son las causantes de estos escenarios en el país y que nosotras/os somos la solución para erradicarlos. Es tiempo de sumarnos y crear estrategias donde como civilización dejemos de generar los problemas ambientales, como el cambio climático, la contaminación del aire, perdida de cobertura forestal, entre otros. Debemos poner un alto al caos que estamos produciendo en los ecosistemas, afectando un sin número de especies que en su mayoría están en peligro de extinción.